Desafíos y Oportunidades en el Día Mundial de la Eficiencia Energética: Reflexiones del Dr. Hernández
El día Internacional de la Eficiencia Energética se celebra cada 5 de marzo desde 1998. Ese año se realizó en Austria la primera Conferencia Internacional Sobre Eficiencia Energética en la cual participaron líderes políticos de todo el mundo. El objetivo de este día es sensibilizar a la humanidad sobre la necesidad de reducir el consumo energético global mediante el uso racional y sostenible de la energía.
Es muy importante reflexionar sobre la eficiencia energética, ya que es un tema de vital importancia para el presente y el futuro de nuestra sociedad. En un mundo donde los recursos naturales son finitos y las preocupaciones sobre el cambio climático están en aumento, la eficiencia energética emerge como una herramienta indispensable para enfrentar estos desafíos con éxito.
Conceptualmente, la eficiencia energética consiste en obtener los mejores resultados en cualquier actividad o proceso consumiendo la menor cantidad de recursos energéticos primarios. O sea, lograr la mayor producción de bienes y servicios con el menor consumo de recursos energéticos. La aplicación de la eficiencia energética en nuestras actividades diarias contribuye a la reducción del consumo de energéticos no renovables como el petróleo, el gas natural y la energía nuclear y a disminuir la liberación de gases de efecto invernadero en la atmósfera que fortalecen el cambio climático global.
La eficiencia energética se logra mediante dos procedimientos que son simultáneos y no excluyentes: el primero se basa en el uso racional de la energía por parte de todas las personas que tienen acceso a ella. El segundo consiste en mejorar constantemente la tecnología de los aparatos y procesos que consumen cualquier tipo de energía. Estos dos caminos conducen a utilizar la energía de manera inteligente, minimizando el desperdicio y maximizando el rendimiento en todas las áreas de nuestras actividades diarias: desde el hogar hasta la industria, desde el transporte hasta la iluminación pública.
Por otra parte, la eficiencia energética es una inversión inteligente desde el punto de vista económico. Si logramos utilizar la energía de manera más eficiente, podemos reducir nuestros costos energéticos tanto a nivel individual como colectivo. Esto no solo beneficia a los consumidores finales, sino que también impulsa la competitividad de las empresas y promueve el desarrollo económico sostenible.
En el Grupo de Eficiencia Energética en Edificios del INENCO investigamos sobre el uso racional y eficiente de la energía en la edificación mediante el diseño y evaluación termo-energética de edificios que aprovechan energías renovables como la solar y la eólica para lograr niveles de confort térmico interior, minimizando el consumo de electricidad y gas en estufas y aparatos de aire acondicionado. Implementando estrategias de diseño energéticamente eficientes se pueden lograr tasas de ahorro de entre el 50 y el 80% en el consumo de energía convencional de climatización edilicia.
En resumen, la eficiencia energética es una pieza fundamental en el rompecabezas de la sostenibilidad y el desarrollo humano. Nos brinda la oportunidad de construir un futuro más respetuoso con el medio ambiente. Pero para lograrlo, es necesario un compromiso colectivo y acciones concretas por parte de todos los actores de la sociedad: gobiernos, empresas, comunidades y ciudadanos individuales.
Por eso, hoy hago un llamado a la acción. Insto a cada uno de ustedes a tomar medidas concretas para mejorar la eficiencia energética en sus hogares, lugares de trabajo y comunidades. Ya sea apagando las luces innecesarias, mejorando el aislamiento térmico de sus viviendas o promoviendo políticas públicas a favor de la eficiencia energética. Cada pequeño gesto cuenta en la construcción de un mundo más sostenible y habitable para todos.
Dr. Alejandro Hernández
Director de INENCO